Montones de veces hemos estado rodeados de elefantes, en muchos países y por raro que parezca cada vez es diferente a la anterior y siempre es especial. Parece que si los ves una vez, ya los has visto siempre, pero no es así. Este magnífico paquidermo siempre te sorprende y enamora. Podemos pasar horas viéndolos y observando su comprotamiento, comunicación entre ellos y lenguaje corporal que siempre hay algo nuevo que nos impresiona.
Cada guía nuevo que conocemos, nos cuenta siempre algo que no sabemos y nos hace querer pasar más tiempo entre ellos. Una cosa que sabíamos a medias, es que ellos se comunican por la energía que hay en el suelo, pero no sabíamos que en las plantas de las patas tienen una especie de amortiguadores que a su vez llevan unos sensores, que están comunicados con el oído y el cerebro. Esto les permite detectar la enegía, buena o mala, que haya en el sitio donde están y comunicarse entre ellos, estén cerca o lejos.
Anoche fue muy especial, las personas de lodge en el que nos han invitado, estaban preparando la Boma (típico sitio africano donde se cena y está protegido por troncos para protegerse de los animales) y de repente empezaron a llegar elefantes. Era imposible saber cuántos había, pero estimabámos que unos 100 seguro. Se situaron al lado de la Boma, pues ha justo una zona donde levantan la tierra para tomar sal del suelo, pero algunos otros más curiosos empezaron a acercarse a la Boma e incluso al fuego de campamento donde estábamos. Así que después de mucho disfrutar y esperar 2 horas, los chicos de aquí decidieron echar a los que estaban cerca de la Boma para que pudiéramos cenar. La manera de echarlos es tan sencilla como acercarse y hablando con ellos decirles que se vayan, se enfadan, te mueven la cabeza con las orejas bien abiertas y finalmente se van con el rabo tieso y en horizontal (señal de que están enfadados) y ya está.
Así que una vez todos estábamos cómodos, humanos y paquidermos, fuimos a la Boma, nos acompañaron a la cena, el manager, la 2ª manager y el guía y con los elefantes a menos de 10 metros de nosotros, cenamos disfrutando mucho de las vistas y de la compañía, tanto animal como humana, pues las personas que se sentaron con nosotros son muy divertidas y contando aventuras de África y animales, lo pasamos muy bien.
Fue tremendamente divertido como de repente alrededor de los elefantes, pasó un conejo y todos se pudieron muy nerviosos (los elefantes no ven muy bien, pero tienen unxcelente oído y olfato) y com siempre y como si lo hubieran hablado antes, formaron un círculo, todos los culos pegados y las miradas hacia fuera en 360º, de manera que así controlan cualquier peligro. Inmediatamente las crías se metieron en el centro para estar protegidas y una vez el peligro pasó (jajajaja un conejo), siguieron tranquilamente a lo suyo.
El video no se ve de maravilla, pues era de noche y la cámara que llevamos aunque nos tiene muy contentos no hace milagros. Espero que os guste.
Os recomendamos mucho venir a Elephant Eye en Hwange, como muchas veces pasa, la web no hace justicia y el sitio es increíble. A veces pasa al revés, la web es una maravilla y el sitio no tanto. Pero en este caso el sitio es 5* y una de las cosas que lo hace especiales, es el personal que lo atiende, todos sin excepción son excelentes.
